Prólogo
Conozco a Plutarco Cortez
(Santa Teresa carazo, 1947). Desde 1986. Y desde entonces me han impresionado
sus poemas. Poemas elaborados lentamente, siguiendo las leyes secretas de un
universo nocturno personal. Intensamente personal. Poesía de las extrañas
cegadoras, pero igualmente alumbradoras de
un mundo no todavía definido, un mundo que existió algún día o está por
venir. En todo caso, un mundo de dimensiones paradisíacas, un universo de
visiones dinamizadas por una explosión o un halo cósmico: “Hay un tropel de
dioses cruzando el universo”. Con este soberbio alejandrino podemos
introducirnos a la poesía de Plutarco Cortez, al flujo misterioso de su agua
vertical. Así ha definido él su primer libro: Bajo el agua vertical. Es decir,
y creo no equivocarme en esto, bajo la poesía, pues es bajo una iluminación
auténtica que Cortez ha escrito estos textos que presenta ahora reunido en un
volumen ilustrado por ese gran artista de vuelo cósmico que es Orlando
Sovalbarro.
Recuerdo los días en que me
visitó Plutarco, en el fenecido Ministerio de Cultura de la Revolución Popular
Sandinista. Eran días de euforia generalizada. (No por el hecho de la
revolución en sí, sino por “los buenos oficio” y la manipulación ejercida por
oportunistas y trepadores de toda laya). Días de loa y utopía. El triunfo del
exteriorismo funcional y servicial era total: La poesía al servicio de la
política, la glorificación de la Razón Histórica, Hegel tapando a Nietzsche,
los temas de actualidad en el candelero, los rabinos de la cultura nacional
moviendo la colita al poder (moviéndola todavía aunque haya cambiado de signo),
o insertándose, por obra y gracia de una operación oportunista (utilizando como
plataforma de lanzamiento el prestigio de un gobierno revolucionario, metido
posteriormente en un callejón sin salidas), en la influyente cultura
internacional de “izquierda”, tan rica en manifiestos y proclamas de aburrida
retórica y de rentables dividendos expresados en viajes, publicaciones,
participaciones en congresos, antologías, etc., etc. Días de opacidad,
indiferencia y menosprecio para un poeta humilde, pero indómito, obsesivo pero
no cerrado al consejo o a la sugerencia amistosa y cordial; perteneciente a la
clase más popular y sana del país: el sufrido y heroico campesinado. Poeta sin
escuela ni academia, forjado en la pura soledad de sus visiones lunares y
solares, no encontraba ecos en esos días. No lo recibían, no le publicaban, no
querían tomar en serio el puñado de poemas que esgrimía y que a mí,
personalmente, me hacían creer que, entre tanta demagogia, superficialidad y
falsedad reinantes, la poesía existía en Nicaragua, pugnaba por salir de la
matriz ancestral, del caos amorfo para constituirse en eso: lo que es, la gratuidad
absoluta, el más supremo lujo del espíritu.
Dije que la poesía de Plutarco tiene una dimensión
paradisíaca. Entendamos esto no en su sentido de estancia idílica o belleza
arcádica. No: eso es propio de poetas tranquilos y sosegados, acordes y
concordes, con el orden natural. Se trata de una dimensión paradisíaca en
cuanto la atmósfera, el ámbito de nuestro poeta tiene un sentido genésico,
cósmico, visceral, como si el universo estuviera creándose permanentemente,
pero a la vez destruyéndose y volviéndose a crear en una dialéctica de
negatividad eterna. Un poeta nietzscheano, un poeta presocrático en cuanto
descifrador de elementos originarios. Un poeta que niega el humanismo
occidental que, a partir de Platón. Aristóteles y el cristianismo, configura una
racionalidad dudosa, basada en una sospechosa separación de alma y cuerpo. El
ser humano, en esta poesía de momentos fulgurantes, no tiene nombre, no tiene
género, no tiene rostro: es el sin nombre ¿el Innombrable de Beckett?, el que
vendrá, el indefinido, el que se anuncia pero no llega aún. La imagen humana se
llega a fundir, incluso, con lo inanimado:
“Hoy hice pedazo mi imagen
en el espejo
para dedicarme a ver tu rostro...
¡Ven y verás que estoy como el cristal!
¿El rostro de la amada? Si y no. No se trata de una poesía
amorosa, ni siquiera erótica. Si hay erotismo, es el erotismo orgánico y
explosivo de la Naturaleza. Plutarco no es un poeta del amor, porque no le
interesa la persona, no le interesan los pronombres (aunque los utilice) como al
español Pedro Salinas: el tú y el yo está en función, no de la relación de la
pareja, sino de la aparición de las fuerzas naturales destructivas y creadoras.
Su precisa percepción de lo telúrico y lo genésico, así como la sobriedad
generosa de su dicción me recuerdan al rumano Lucian Blaga:
“Hubo un romance de agua clara bajo el
cielo
El sol lanzó sus
flechas.
Las gaviotas
gimieron de placer.
El oro subió hasta la superficie
de la tierra.
Llovía copiosamente.
Los ríos eran caudalosos.
El musgo extraía el jugo de las rocas.
El otoño estaba confinado.
La primavera reinaba.
Y los ángeles aéreos forcejeaban
con el tiempo”.
Su búsqueda de imágenes primordiales lo lleva a explorar el
ojo de la ballena, el “lomo de una ola”, la frente pensativa del búho (animal
del que rechaza su prestigioso simbolismo, identificándolo más bien con lo
demoníaco y no con la sabiduría minérvica: “EL día en que rompí la frente del
búho/gané un mundo nuevo”), el huevo de la serpiente, símbolo matriz del mal
que hay que abolir para el surgimiento del mundo nuevo. Plutarco pone a
circular, en el juego peligroso de su alquimia verbal, estos elementos, y otros
más, de la imaginación mítica.
Su ética de poeta comprometido con la vida (no la falsa
vida realimentada y racionalizada de los teólogos e ideólogos, verdadera peste
de nuestro tiempo que contribuye a la represión y castración de la imaginación
liberadora),con la lucidez y la fatalidad visionaria, lo confronta con la
homogeneidad alienadora y monstruosa , Basta ver el texto titulado “Contra el
mundo”, uno de los más logrados de este su primer libro que ahora presentamos:
“La
contorsión de la serpiente
es una insinuación.
En la mirada del
búho sólo hay indicios
de rumbos
imprecisos.
No debo distraerme.
Quiero romper
un remanente de
aguas cristalinas.
Llegar hasta la
cima de la montaña.
Romper el cielo con
mis puños.
Si fluye el agua
vertical, huirá esa multitud
que me persigue.
Alvaro
Urtecho
POEMAS
HACIA MI
Quiero ir por el mundo.
Quiero
ver ese rostro
que se me parece.
Necesito encontrar
el libro que contiene
algo de mí...
Iré por el mundo hasta
encontrar la mayor parte
de mí...
TODAVÍA TE ESPERO
Del Atlántico
al pacífico hay una
distancia
transitable.
Entre el canto del
ruiseñor y el graznido
del águila
hay selvas pobladas de panteras y
gacelas.
En mi pecho
los pájaros nocturnos,
cantan
tu nombre
y las gaviotas aún llegan a picotear
el pan...
TELEGRAMA
Hoy hice
pedazos mi imagen
en el espejo
para dedicarme a ver tu rostro.
El ciprés está cundido de pájaros.
El riachuelo que antes cruzaste,
hoy es río que se desborda.
Pueden verse a través de él,
las estrellas más grandes
¡Ven y verás que estoy como el
cristal!
LO RECUERDO
Hubo un romance de agua clara bajo el cielo.
El sol lanzó sus flechas.
Las gaviotas gimieron de placer.
Y el oro subió hasta la superficie
de la tierra.
Llovía copiosamente.
Los ríos eran caudalosos.
El musgo extraía el jugo de las rocas.
El otoño estaba confinado.
La primavera reinaba.
Y los ángeles aéreos forcejeaban
con el tiempo.
Los besos eran de fuego espeso.
Las palabras flechas de metal.
Nuestras miradas al encontrarse
deslumbraban en el espacio
como dos rayos que se cruzan...
INSINUACIÓN DEL BUHO
Otra
vez
el búho lanzando al aire
su diabólico
Graznido.
Pero no he abordado el arca
que diseñó la noche.
He adquirido la noción
de poner todas las cosas
en su lugar
Y como a ti te corresponde mi cuerpo,
me he cubierto de ti.
Cuando voy a la cama burlamos las intenciones
del espacio.
¡Otra vez el amor en la odisea!
LA FUERZA DEL AMOR
Mi
amor por ti es un forcejeo de miradas
en la cumbre.
Un nacimiento diario de pájaros
azules.
Un desfile de carrozas
tiradas por inmensos caballos.
Y tiene la resonancia de la selva.
Sal, mira el surtidor,
verás el suicidio de los pájaros
azules.
En el otro patio
un cisne come estrellas en una charca.
Ven, dame el durazno de tus labios.
Dame el temblor de tus senos.
Déjame escuchar la música de tus
caderas.
Y cuando la noche ponga máscaras
en los rostros,
dime que me amas.
En el tejado cantarán los pájaros
nocturnos,
y yo echaré sobre ti
la manada de leones domésticos.
EL ENAMORADO
Cuando
te busco
lo hago con lentitud de ciego.
(Esa manera de buscar las cosas
permite más efectividad)
A veces te estoy viendo
y no te das cuenta que te estoy viendo.
Te persigo e ignoras que te persigo.
El amor es una garza en meditación.
Un pez de arrecife.
Abre todas las puertas y sal por la más grande.
En el cielo no hay estrellas fugaces.
El búho ya no viola mariposas en el jardín.
El tejado está habitado por gaviotas.
El águila se ha replegado a la montaña...
Asómate al río que comienza donde termina
mi cuerpo.
Los peces multicolores están sobre las aguas.
DULCE
MUJER
En tu frente se refugiaron todas las gaviotas.
En tus ojos las mariposas duermen un sueño
Profundo.
Hay un cóndor que quiere posarse en tu cabeza
mas espantado por la resonancia del niágara
vuela a la cumbre del pino más cercano.
Canto una canción que tu oído no percibe,
pero las gaviotas se irritan y comienzan
a volar sobre tu cabeza.
Los pájaros del bosque me hacen compañía.
Ante la confusión,
un pez de arrecife se extravía
y el cóndor se vuelve ave marina.
CORRIENTES
PROFUNDAS
El agua que corre
bajo mis pies no me quita
la sed.
Bebí el agua cristalina en las faldas
de los cerros y aún traigo reseco
los labios.
Es preciso que beba el agua vertical...
Después seguiré buscando las corrientes
profundas...
AMANTE
SILENCIOSO
En la bahía
los pelícanos están en meditación.
Los peces de la superficie
beben el oro líquido.
El águila revuela sobre mi cabeza
y devora todos los pájaros livianos.
Si mi amor por ti no tuviera
el peso exacto del cóndor,
ya lo habría devorado.
Hace días que te persigo a corta distancia.
Quiero estar cerca de ti
cuando sientas el aleteo de las golondrinas
invisibles.
Sè que se llenarán todos los espacios.
Sentirás el peso del cóndor
y entonces sí, me mirarás a la cara.
Sentirás placer viendo salir
las golondrinas de mis ojos.
EN LA PLAYA
No, no creas...
Mi deseo de ti es una góndola en el fondo
del océano,
que aún lamen los peces multicolores.
Tu cuerpo es una ola deliciosa.
¡Qué ganas tengo de hundirme en esas aguas!
El amor es piedra dura.
No flotaré jamás. Incitando a los peces
del fondo,
haré que suban a la superficie a beber
el agua tibia.
Las gaviotas,
volando a ras del agua,
harán retroceder la horrenda imagen
del pelícano.
Y un cangrejo devorará el retrato
de la tortuga en la arena...
HOMBRE
CONSCIENTE
Maté y me tragué
con todo y pluma
el pájaro que anidaba en la tumba
de mi padre.
He indagado el origen de la madre
de la madre de mi madre.
Y golpeando carne contra carne
Hice brotar a mis hijos
del fondo de la tierra.
¡Ya puede el búho expresar
sus razonamientos formulados.
Cuando un hombre ha llegado
a ser puede escuchar las vilezas
más grandes del mundo!
LA MUJER
IDEAL
Sí, la amo.
¡Cómo no amarla!: la acosté en la
cascada
y la roca se volvió oro.
Le pregunté si me amaba y de sus ojos
salieron
pájaros azules.
Hicimos el amor y encontré agua
vertical.
Sí, es verdad, la amo.
POETA CONSCIENTE
¡No puedo decir...!
Quiero ser el victimario.
Es preciso no hablar por mucho tiempo.
¡No pueden convivir conmigo!
Con una palabra bien dicha puedo matarlos
a todos.
¡No podrán romper el huevo que se incuba
en el regazo de la aurora!
HOMBRE DEL
AÑO DOSMIL
Las cosas anheladas
están recluidas
en el ojo de la ballena.
Los deseos se han ido mar adentro
en el lomo de una ola.
Sólo las imposiciones llegan hasta mí.
Si hago todo lo que se me ordena seré inmortal.
Cuando rompí la frente del búho
gané un mundo nuevo...
¡Quiero bañarme en el agua cristalina que fluye
en la falda de la montaña!
LO PEOR
No deseo nada.
No hago nada porque quiera hacerlo.
Todos los hierros están sobre mi.
Sé que existo.
Traigo la frente averiada, la nuca ablandada,
varias vértebras rotas.
No hago nada voluntariamente.
Odio a la mujer hermosa.
Nadie hace nada voluntariamente.
Odio esa mano que me indica en la obscuridad.
Si yo fuera una serpiente inmensa, con una
boca
Inmensa, con una boca infinita.
Me tragaría el mundo diez veces, cien veces,
mil veces
y nunca más defecaría.
Si pudiera hablar diría: que los muertos
entierren a sus muertos,
y los vivos que interroguen a
los ángeles.
UN HOMBRE
LIBRE
Maté todas las arañas del mundo.
Rompí la pupila del búho.
Ayudé a tumbar muros en Europa.
Construí todos los puentes necesarios en el
mundo.
Un herrero es superior a un científico
y un puente es más importante que todo
el mar.
Los demagogos se diferencian del resto
de los hombres.
Hemos de buscarlos y matarlos donde quiera
que estén.
Admito que soy malo, sí, mas no teman.
¡Miren que tengo la nobleza del cristal!
HACIA EL
SIGLO VEINTIUNO
Es fácil convertirse en héroe.
Abrí la panza de la enorme serpiente.
Adiviné la muerte. Vencí a la muerte.
Trato de correr diez años este día.
Quiero llegar primero.
En la palma de mis manos llevo escrita
la promesa.
Si hablo primero no podrán contra mí,
llevo la espada que encontré
en el vientre de la serpiente.
AUTOIMPOSICIÓN
¡Quiero volar!
Ayer fui un muerto al que velaba
un solo deudo.
Sólo hoy estaré vivo.
Hoy diré sí y diré no.
Mañana seré un desconocido.
Seré otro.
O talves ya ni exista.
El porvenir es un túnel oscuro.
¡Hoy debo recorrer todo el cuerpo
de la serpiente!
ARTE POETICA
Es imposible
pronunciar las frases
Escogidas.
Debo resignarme a decir las cosas imprevistas.
Hay un tropel de dioses cruzando el universo.
¡Es hora de romperse los oídos
y ver hacia una dirección con el ojo de la mente!
¡Ay el ojo del cuervo, la garra del águila!
¡Ay el colmillo de la serpiente!
¿Y el hombre?
¡Ah, el hombre, el hombre, el hombre...!
ENTRE EL
CIELO Y LA TIERRA
Estoy situado en el centro del universo.
Miro hacia el Oeste.
Hacia el Este. Hacia el Norte
y hacia el Sur.
Por encima de mi cabeza el búho
hace un giro de
trescientos sesenta grados
y por debajo de mis pies,
¡la inmensa serpiente!
¡Pendo de un hilo tan frágil!
Entre el alba y el crepúsculo,
el tiempo es infinito.
¡Hoy mismo será saciada la enorme serpiente!
LA BUSQUEDAD
El ojo del búho es un
santuario
de imágenes.
¡Todos los cristales están rotos!
¿Qué sería de la humanidad si el mundo
fuese una inmensa vitrina...?
Dios seguirá tras la opaca roca...
Y la humanidad
erigiendo torres de babel.
NADIE ME CONOCE
No
soy ese hombre que se refleja
en el espejo,
el que se refleja en el agua clara,
mucho menos el que está estático
en la fotografía que tengo sobre el
escritorio.
Soy una corriente de
agua oscura que está
bajando de la montaña...
EVOCACIÓN DE NIETZSCHE
Eras neurótico.
Llegaste hasta la cima de la montaña.
Ni en la altura pudiste ser pasivo.
Te pusiste a golpear al azar con tu
enorme puño.
¡Qué instante más determinante!
Rompiste un remanente de aguas
cristalinas.
Los espíritus sedientos hemos abrevado
en esas aguas.
Odiaste a Kant, con la
misma intensidad
con que odiaste a la sociedad.
¿Y qué de los dialécticos?
Ellos te combatieron infructuosamente.
¿Los cristianos?
¡Se resignan ante el ímpetu de tu
neurosis...!
NO HAY TIEMPO DE PENSAR
La
noche se está despeñando en la falda
de la montaña.
Antes del amanecer,
el mar habrá roto todos los diques.
Este instante es una cuerda tensa.
No hay retorno.
O saltamos o quedamos sepultados.
Descartes nos enseña el arte de la
demora.
Sentado frente a la estufa
espera estar seguro de si puede pensar
para afirmar que existe.
Kant, desde la cumbre de la montaña
Repite: la ley la ley y siempre la
ley.
¿Y qué de la ingenuidad de
Berkeley...?
Es necesario saltar, saltar y saltar,
hasta que el inmenso abismo lo
impida...
CONTRA EL MUNDO
La
contorción de la serpiente es una
insinuación.
En la mirada del búho sólo hay
indicios
de rumbos imprecisos.
No debo distraerme. Quiero romper
un remanente de aguas cristalinas.
Llegaré hasta la cima de la montaña.
Romperé el cielo con mis puños.
Si fluye el agua vertical, huirá esa
multitud
que me persigue.
EL ARTE O LA JUSTICIA
Se me concedió la espada azul.
Pero no quiero perforar el cielo.
Quiero romper cerraduras de oro.
¡Ay, si yo encontrara la espada incandescente!
Es preciso hacer una tumba colectiva.
¿No es más noble acaso,
sepultar todos los cuerpos embalsamados
que hay en la ciudad,
que hipnotizar gaviotas en la bahía?
Si encontrara la espada incandescente,
entraría en las casas de los millonarios.
Quiero expulsar todos los murciélagos
que habitan en la casa de gobierno.
¡Ay, si yo encontrara la espada incandescente...!
AL BORDE DE LA MUERTE
La enorme serpiente me lame la frente
mientras
Duermo.
Siento asco de esa lengua inmunda.
Prefiero luchar contra el cuervo que
intenta sacarme
los ojos.
Estaré a salvo cuando logre internarme
en la mirada del búho.
El aire me está dejando en carne viva.
Cuando quedo a oscuras una mano me
araña
las entrañas.
Si me encierro, el silencio me
asfixia.
Cuando estoy solo,
veo salir fantasmas de todas partes.
Si me agrego a una multitud, todos se
tornan
contra mí.
¡Solo hoy estaré vivo,
si no logro internarme en la mirada
del búho!
MAS ALLA DE LOS ESPEJISMOS
¡Tengo sed!
No tuve la dicha de escoger.
Sólo tuve acceso a esta tierra árida.
He caminado día y noche tratando de ir
más allá de los espejismos.
Se aproxima la última noche, la noche
profunda...
Pronunciaré una frase.
Haré lo que hicieron los que tuvieron
la desdicha de precederme.
Lo único que podemos dejar en este
espacio vacío,
es el eco de nuestra voz.
Voy a pronunciar mi última frase con
todo el ancho
de mi boca.
Los que vienen tras de mí,
podrán reconocerme...
¡Qué importa ese mundo que queda más
allá
de ésta aridez.
Cuando hablo, mi voz no se confunde en
una multitud
de voces!
UNO CONTRA TODOS
Mis enemigos cuentan con espadas de
acero.
Yo poseo la espada azul.
Me atacan de manera escandalosa.
Yo me defiendo en silencio.
Me internaré en el desierto.
El maná es un alimento inigualable.
El aire espeso desarrolla los
pulmones.
¡Sobre viviré!
Bastará con una sola vez que beba el
agua
vertical.
Aprenderé maneras ignotas de defensa.
Tornaré a la lucha.
¡Sé que venceré!
MAS ALLÁ DEL PRESENTE
Tengo
una lengua inmensamente larga
y un paladar ultrasensible.
He sentido el sabor de un pastel
exótico.
Y he lamido las paredes de una ciudad
ignota.
¡Este instante es invulnerable!
¡Qué esfuerzo hago
para abrir la puerta de mi casa!
Mi voz no llega a los oídos de los que
me rodean.
El pastel que está en la mesa no sabe
a nada.
Y la mujer que tengo frente a mí se ha
puesto
a ver las telarañas.
Seguiré rumiando sabores exóticos...
¿QUIEN
SOY?
Fui un ángel que ascendía hacia lo
infinito.
Después un águila que desolaba los
aires.
Cuando era hombre,
me tomaron una fotografía cruzando el
bulevar.
Hace diez siglos,
Era un enjambre de mariposas blancas.
Cuando nací,
mi madre era una serpiente que se
alimentaba
con estrellas y defecaba ruiseñores.
Y mi padre era un monje
que meditaba en el fondo del océano.
Ahora mis hijos
son gaviotas relegadas en el desierto.
Mi madre una cigarra disecada.
Y mi padre un loco
que intenta perforar el cielo con la
mirada.
¡Qué hago,
en este instante con estas garras de
tigre!
EL OPTIMISTA
El amor no está relegado en el
desierto.
Los pájaros nocturnos
invadieron la mirada del búho.
¿Ved, cómo revolotean las gaviotas?
En el jardín,
la garza blanca está en meditación.
¡Cómo fluye el agua cristalina en la
falda
de la montaña!
En mi frente se posó la mariposa
multicolor.
El amor es una serpiente de una
longitud infinita.
¡Ya recorrimos todo el universo!
LA MUJER QUE NO PUEDO NOMBRAR
Te amo, (de eso no hay duda).
¡Qué será de las gaviotas,
si no correspondes a este amor!
Dije que te amo, y en el jardín,
las mariposas no despliegan sus alas.
El ruiseñor no taladra tu pecho.
Y los pájaros azules no se han percatado
cómo fluye el agua vertical.
Hoy me aproximaré al surtidor.
¡ay del cielo si no salen golondrinas...!
Por ti soy capaz de escalar la montaña
y ponerme a tumbar
estrellas con una rama de ciprés...
SÁCIATE DE
ESTE ESPLENDOR
Lo que pueda decirte sobra.
Mira sobre tu cabeza cómo revolotean
los pájaros azules.
Aguza tu oído.
Sabrás que hay una fiesta en el fondo
del océano.
Abre tus ojos.
Verás en mi frente el enjambre de
mariposas
blancas.
¡Ven!
Hoy invadirán el cielo los pájaros
nocturnos.
Hoy hemos de abordar la alfombra
aérea.
Mañana no podré reconocerte.
Mañana los ángeles pueden ser demonio.
En este instante me sale del pecho la
transpiración
Azul...
TRIUNFO SEGURO
Se ha puesto furiosa la multitud.
¡Hoy será tomado el cielo por asalto!
Mañana los ángeles triunfarán
contra los monstruos nocturnos.
En la cumbre de la montaña
el águila estará petrificada.
Y en el fondo del océano morirán de
hambre
Los peces asesinos...
TRANSMUTACIÓN
He buscado sin éxito la ciudad
clandestina.
He de hacer de cuenta que sólo existe,
esta edificación que se extiende a lo
largo
de la playa.
El mar todo lo transmuta.
La ballena que ayer provocó el
maremoto,
hoy fue presa fácil de un pelícano.
En este instante la gaviota combate
con éxito contra el águila.
En la cumbre del ciprés, el búho
y el cuervo combaten por el dominio
de esta playa inmensa.
¡La espada azul se tornó roja!
¡Que ganas tengo, de tomarla y comenzar
a cortar cabezas...!
Nadie podrá contra mí.
En este momento poseo el brazo de
Hércules
y la astucia de Ulises.
¡Hoy exploraré todo el cuerpo
de la enorme serpiente...!
LA CIUDAD
En la avenida estuve confundido entre
la multitud.
Visité todos los parques y me bañé en
el
agua vertical.
En el zoológico la boca de la
serpiente
es infinita.
Y en el acuario la ballena hace un
gran esfuerzo
por tragarse el Sol.
Pregunté dónde queda el orfanato y me
dijeron
que en él estaba.
En el manicomio estuve a punto de ser
estrangulado.
Invadieron los pelícanos el río que
cruza
la ciudad.
En la feria vi por última vez a la
mujer que amo.
Necesito ir al hospital.
No es nada. Sólo es un pequeño dolor
de espalda.
¡Hoy mismo exploraré la mirada del
búho!
DECLARACIÓN
Mi amor por ti es agua vertical.
Quítate la ropa.
Húndete en esas aguas frescas.
Juega con los peces dorados.
Mirarás de lejos el suicidio
del pelícano.
Yo estaré echándoles pan a las
gaviotas.
Las golondrinas que salen de tus ojos
envíalas hacia mí.
¡Soy el Norte en plena primavera!
MÁS ALLÁ DE DOS MILENIOS
¡Quién podrá negar los efectos
de ésa turbulencia!
La quietud es una afirmación de los
insensibles.
No existe la rosa inmutable.
Ya me rompí la frente contra la corola
del girasol.
¡A la hora del crepúsculo,
mi cuerpo exhalará toda la fragancia
absorbida!
Hace dos mil años que estamos bebiendo
el agua
que surte de la roca.
¡Os invito a beber el agua vertical!
No hay comentarios:
Publicar un comentario